Elisabeth
Hamilton estaba cansada de aguantar los reproches del duque de Sutherland
debido a su comportamiento infantil del pasado. Por muy guapo que fuera, no
tenía derecho a tratarla de aquella manera. Una noche, él la sorprendió con un
beso que consiguió que le temblasen las rodillas. ¿Por qué lo había hecho si no
la soportaba? Francis Levenson, duque de Sutherland, era incapaz de estar en la
misma habitación que la caprichosa lady Hamilton más de unos cuantos minutos,
pero por desgracia tenía que aguantarla bastante a menudo en la temporada
social. Cuando la reina le mandó llamar a altas horas de la madrugada, jamás
imaginó que sería para volver su vida del revés... con ella como protagonista.
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