Nighshade 1#
Un amor tan prohibido, que haría temblar los cielos…
Mi padre los llamaba mensajeros.
Una vez me dijo que caminaban entre nosotros, y que en algún lugar de esta ciudad oscura e impía, brillaba un tenue resquicio de esperanza. Solo tenía que buscar las señales.
Pues bien, he pasado toda mi vida investigando lo inexplicable, y todo lo que he encontrado son los inquietantes vestigios de la iniquidad, la evidencia de otro mundo envuelto en lo oscuro. Purgatorio para algunos, donde la depravación se esconde en las sombras, y las chicas como yo son poco más que deliciosos bocados de tentación.
Otros lo llaman Nightshade.
Este peculiar lugar es donde conocí al frío e insensible recluso que vive en una decadente catedral junto al acantilado. Jericho Van Croix es la personificación de todo lo que me han dicho que debo temer. Un presagio de alas de cuervo que lleva la intriga como un cálido manto negro. Un enigma que estoy decidida a desentrañar, incluso si eso significa acercarme más de lo debido.
Un toque está prohibido. Incluso un beso sería mi muerte. Pero el pecado en sus labios me quema como una llama salvaje, y su creciente enamoramiento debilita mi determinación.
Sin embargo, darle lo que quiere significará que no hay oportunidad de redención o de escapar. Lo peor es que las señales que he seguido y no he visto todos estos años empiezan a desenmascarar una realidad aterradora:
Que caer puede ser mi única gracia salvadora.
Infernium 2#
Ni siquiera el amor más poderoso puede salvar a un alma condenada
El dolor es un abismo.
Qué ingenuo de mi parte pensar que ya había llegado a lo más profundo cuando el destino sacudió mi mundo con un golpe demoledor.
Resulta que hay niveles insondables de dolor, como un laberinto sinuoso de puertas que conducen a figuras sombrías y secretos olvidados hace mucho tiempo.
El tipo de descenso ineludible a la locura que convierte las pesadillas en realidad.
Lo que hay al final de este oscuro camino aún no lo he descubierto, pero donde comienza, es un lugar llamado Infernium.
Un manicomio, temido por los de Nightshade y no hollado por los ángeles que han abandonado a sus muchas almas perdidas.
Algunos dicen que es la puerta de entrada al infierno.
Otros creen que es el lugar al que vas cuando se apaga el último destello de esperanza.
Para mí, es donde me he condenado a mí mismo por la eternidad, mi penitencia por un crimen contra los cielos y el hogar de los demonios que arañan mi mente.
Sin embargo, ni siquiera ellos tienen una oportunidad contra mi ángel oscuro, Jericó.
No le teme a nada. Excepto perderme.
Sin embargo, cuanto más tiempo permanezco atrapado, más fuerte se vuelve esta oscuridad dentro de mí.
Una dualidad que divide mi corazón entre el amor y la venganza.
Y, pronto, puede que salvarme ya no sea una opción.