SERIE IMPERIA - GENA SHOWALTER

El Príncipe de Piedra 1#

Un amor tan brillante como las estrellas y tan perdurable como una piedra…

Katie James tiene mala suerte en el amor – tanta mala suerte que se ha visto limitada a besar a una estatua de mármol en su propio jardín. Pero su suerte cambia cuando la estatua cobra la vida en sus brazos – y resulta ser la fantasía mas perfecta que cualquier mujer pueda imaginarse! Bueno, casi perfecta… Jorlan en Sarr proviene de un planeta distante, como todos los otros hombres que Katie ha conocido, viene con un montón de equipaje….

Un maldito guerrero con la esplendida magia de un amante… Sepultado un cuerpo de piedra por siglos, Jorlan ha estado esperando que una doncella soltera lo besase para romper el hechizo. Sin embargo, esta escultural belleza con la fuerza de una amazona y sus besos ardientes está muy lejos de ser como las doncellas obedientes de Imperia. Y aunque Jorlan se siente tentado de abandonar todo por Katie, debe convencerla de que le entregue su corazón en menos dos semanas, o si no será devuelto a su vida de piedra. Y toda esa pasión estará perdida para siempre.

El esclavo del placer 2#

En otro mundo, distinto al nuestro, Tristan de Imperia era un notable guerrero y, sobre todo, un seductor impenitente, no había mujer que después de estar ante su presencia no quisiera llevárselo a la cama. Pero cometió un terrible error, se acostó con la mujer equivocada y después de desdeñarla como hacía con todas sus anteriores amantes ésta lo maldijo a convertirse en su esclavo sexual para siempre recluyéndolo en una cajita cuando no le era menester.

Esta acción no gustó a los superiores de Zirra y, como castigo, lanzaron la cajita en otro de los muchos mundos allí conocidos… Y aquí empieza la historia de Tristan y Julia, mujer tímida en donde las haya, y una notable coleccionista de antigüedades. Así cae la cajita en manos de la protagonista, en una de sus pesquisas de antigüedades para su tienda, aunque el hecho de encontrarse ama y señora de un poderoso guerrero sexualmente irresistible no era precisamente una de sus principales prioridades.