SERIE ATRACOS MULTIMILLONARIOS - ANNA HACKETT

Robando Al Señor Rico 1#

Para salvar a mi hermano, todo lo que tengo que hacer es robarle a un multimillonario.

Mi hermano está en problemas. De nuevo. Pero esta vez está en deuda con gente realmente mala, y haré cualquier cosa para salvarlo. Incluso ser chantajeada para abrir una caja fuerte irrompible, perteneciente al hombre más guapo de Nueva York. Y uno de los más ricos.

Robarle a Zane Roth, rey de Wall Street y uno de los famosos solteros multimillonarios de Nueva York, seguro, pan comido.

Verás, algunas personas pueden tocar el piano, pero yo puedo tocar las cajas fuertes. Mi padre es un ladrón, un extraordinario ladrón de cajas fuertes y un criminal. También me enseñó todo lo que sabe. He pasado toda mi vida intentando no ser él. Soy dueña de mi propio negocio, pago mis impuestos y no infrinjo la ley. Jamás.

Ahora tengo que romper todas mis reglas, irrumpir en el ático de un multimillonario y robar un collar de un millón de dólares.

Lo que nunca esperé fue encontrarme cara a cara con Zane. Zane alto, moreno, guapo y tan rico. También es inteligente y sabe que estoy tramando algo.

Y se ha comprometido a averiguarlo.

Chantajeando Al Sr. Jefe 2#

Para salvar al marido de mi mejor amiga, todo lo que tengo que hacer es chantajear a un multimillonario.

El marido de mi amiga fue secuestrado por una banda de delincuentes de cuello blanco. Estos tipos son  malos y quieren que ella espíe a su jefe, un hombre que posee la mitad de Nueva York. Ella se está desmoronando y necesita mi ayuda.

Mi nombre es Aspen. Soy investigadora privada y normalmente vigilo a cónyuges infieles o estafadores de seguros, pero ahora voy de encubierto.

Estoy cambiando mis jeans por faldas y jugando a ser asistente en Kensington Group para poder conocer de cerca a Liam Kensington, el dueño de un imperio multimillonario de construcción y propiedades.

Por no hablar de un dios alto, delgado y de cabello dorado con un sexy acento británico.

Los ladrones de cuello blanco tienen a Liam en la mira y, a cambio del marido de mi amiga, quieren que chantajee a un multimillonario. Oh, diablos.

Pero no contaba con cómo me haría sentir Liam, o mi loca necesidad de mantenerlo a salvo, o nuestra atracción incendiaria.

Ahora tengo que salvar la vida de un hombre, atrapar a algunos tipos malos y evitar enamorarme de un multimillonario que está fuera de mi alcance.

Hacking Mr. CEO 3#

Para salvar a la única madre que he conocido, todo lo que tengo que hacer es hackear a un multimillonario tecnológico.

Mi madre adoptiva está enferma. La mujer que me dio un hogar, un amor, una vida. Haré cualquier cosa para encontrar el dinero para su cirugía, incluido el uso de mis habilidades como pirata informático.

Mi nombre es Remi, también conocida como Ángel Rebelde, y normalmente trabajo para una empresa de seguridad que prueba los sistemas de los clientes. Pero ahora un malvado sombrío me ha localizado y me ha dado un ultimátum.

Tengo que piratear Rivera Tech, la empresa de tecnología más grande del mundo, propiedad del multimillonario CEO, Maverick Rivera. Si lo hago, me pagan y puedo ayudar a mi madre adoptiva. Si no lo hago, mi familia corre peligro.

Hackear a Rivera no es un paseo por el parque, y pronto me encuentro en un tentador juego del gato y el ratón con Maverick grande, gruñón y demasiado sexy. Lo que nunca, nunca esperé fue que él me hiciera sentir segura, o que amenazara mi corazón celosamente guardado, o que encendiera cada parte de mí.

No puedo arrastrarlo a mi lío. Pero Maverick tiene otras ideas, y no es un hombre que acepta un no por respuesta.

Epilogo

«Dos meses después…

«¡Vamos, Rivera! Tendrás que hacerlo mejor o caerás.»

«Todavía no ha terminado, ángel.»

Me apoyé en la máquina de pinball, observando a mi hombre mover los controles. A nuestro alrededor, Dave y Busters estaba ocupado, lleno de niños y familias. Los juegos sonaban y los niños reían y gritaban. Mav volvió a mover los mandos una vez más. Se acabó el juego. Miré el marcador y levanté los brazos.

«No es suficiente, grandote. Sigo siendo la actual campeona. ¡Woo-hoo!»

Una mirada de descontento cruzó su rostro áspero, pero vi que sus labios se movían. Mi hombre sonreía mucho más a menudo estos días. Me abalancé sobre él, rodeando su cintura con mis piernas. Me agarró, sosteniéndome como si no pesara nada. Eso me encantaba.»