Mi padre.
Mi esposo.
Mi niña.
Cuando me robaron la oportunidad de hacer justicia, juré vengarme.
Entonces lo conocí.
Él tienta a esa parte perdida de mí, pero su presencia es un recordatorio de que la traición acecha en cada esquina.
𝑺𝒖 𝒎𝒂𝒚𝒐𝒓 𝒆𝒓𝒓𝒐𝒓 𝒇𝒖𝒆 𝒔𝒖𝒃𝒆𝒔𝒕𝒊𝒎𝒂𝒓 𝒎𝒊 𝒄𝒐𝒎𝒑𝒓𝒐𝒎𝒊𝒔𝒐 𝒅𝒆 𝒗𝒆𝒏𝒈𝒂𝒏𝒛𝒂.
No se dan cuenta de que cuando se trata de una mujer como yo, el infierno no tiene furor.
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