Pero cuando
muere su querida tía Penélope, Melanie hereda su casa y todo lo que hay en
ella. Ahora, en vez de un estrecho apartamento de una habitación, tiene una
mansión con piscina, cancha de tenis, un lujoso mobiliario, espaciosos cuartos
de baño, una televisión de pantalla gigante... y un harén.
Sí, un harén.
Un harén con ocho hombres guapos, musculosos, seductores, todos deseosos de
satisfacer cada una de sus necesidades. Melanie se siente indignada al
descubrir que la naturaleza alegre de tía Penélope y su incomparable entusiasmo
por la vida se encaminaron en esa dirección, pero su ultraje se vuelve
curiosidad y luego, tentación. Después de todo, ¿con qué frecuencia una chica
tiene ocho esclavos sexuales que pueda llamar suyos?