Lucy Warner ha logrado
enamorarse de su compañero de cuarto, quien ha estado muerto por cerca de unos
25 años. Como ha estado rondando su habitación desde el momento en que ella era
una bebé, se han convertido en muy buenos amigos, un secreto que nadie más
sabe, ni siquiera su mejor amiga Ling.
Pero Lucy se pregunta si es
posible ser más que amigos, mientras se da cuenta de que Ryan es el hombre
perfecto para ella.
Es el verano después de
graduarse de la secundaria. Lucy se encuentra nuevamente soltera, y ligeramente
resentida después de una mala ruptura. Cuando Ling le prepara una cita con Jon,
le sigue el juego para tratar de olvidarse de su fantasma y seguir adelante en
la vida con un chico que en realidad vive.
Pero cuando descubre que Jon
puede ver fantasmas también, mantener su secreto se pone un poco complicado.
Después de morir en un
accidente automovilístico, Lucy Warner descubre que tiene problemas para dejar
ir su antigua vida. Hacerle frente a la muerte no es algo que ella hubiera
pensado que tendría que hacer a una edad tan temprana. Afortunadamente, Ryan,
el fantasma que ha estado rondando en su habitación durante toda su vida, está
ahí para ayudarla a encontrar su camino como un fantasma. La buena noticia es
que ahora es muy sólido para ella.
De hecho, él es el único
sólido para ella.
Ya que Lucy logró enamorarse
del fantasma mientras aún estaba viva, se podría pensar que este sería el final
feliz que había estado soñando.
La mala noticia es que su
antiguo novio Jon todavía puede verla. Y cuando él viene a visitarla, es casi
como si nunca hubiera muerto. Lucy se pregunta si el seguir estando enamorada
puede ser suficiente para seguir adelante con su romance, y se aferra a los
jirones de su vida anterior.
Pero la vida como un
fantasma resulta ser un desafío cuando los celos de Ryan le hacen abandonar a
Lucy, dejándola para hacer frente a la otra vida por sí misma.