Pocos intrusos tenían acceso
a las juergas indecentes que los miembros del Ejército Celestial llevaban a
cabo en el más absoluto secreto.
En el seno de esa sociedad
secreta, numerosos aristócratas ingleses exiliados se reunían para dar rienda
suelta a sus deseos carnales, pero pocos podían competir con el insaciable
apetito de su provocador anfitrión, el misterioso vizconde Rohan.
Y es que para el vizconde,
la búsqueda del placer físico no era sólo su pasatiempo favorito, sino una
apremiante necesidad, hasta que en su camino se cruzó una mujer fascinante que
no se dejaba amedrentar.
La virginal y empobrecida
Elinor Harriman encontraba espantoso el oscuro ejercicio de seducción del
vizconde, al mismo tiempo que intrigante… y en secreto se sentía atraída por el
hombre que se ocultaba detrás de la máscara del deseo.
Adrian Alistair Rohan había
perdido la fe, se había convertido en un devoto miembro del Ejército Celestial
y se había abandonado a la búsqueda del placer, a la seducción y al
libertinaje, en compañía de bellas mujeres. Era rico, encantador y experto en
las artes amatorias, y nunca fracasaba en sus conquistas… hasta que conoció a
Charlotte Spenser.
Charlotte se enfrentaba a un
futuro desolador, sin pasión, pero eso no era de la incumbencia de Adrian, que
la veía como un juguete hasta que llegara una presa mejor. Sin embargo, más
allá de su apariencia sosa y sin gracia, Charlotte era una mujer tan brillante
como deliciosa, y después de que Adrian hubiera conseguido atraerla a su mundo,
ella se convirtió en la seductora, y él en el seducido…
Una belleza destrozada. Una
bestia cruel. La encantadora Miranda Rohan, después de perder la buena
reputación y sufrir el rechazo de su círculo social, aceptó con rebeldía la
libertad de los que no tenían nada que perder. Sin embargo, aquel peligroso
modo de vida la empujó hacia el poder del enigmático y oscuro Lucien de
Malheur, a quien muchos conocían por el sobrenombre de Scorpion. Lucien, para
conseguir la destrucción de los Rohan, atrapó a Miranda en un matrimonio
aparentemente basado en la amistad, pero que tenía su raíz en la venganza. Sin
embargo, incluso cuando Miranda descubrió la verdad, su enemistad alimentó una
pasión escandalosa, y tal vez algo más. Un hombre así podía conducir a cualquiera
al asesinato…
Una larga cadena de trágicos
amores atormenta al vizconde Benedick, Francis Alistair Rohan. Frío y cínico,
está cansado de los volubles juegos de la vida y desea una esposa rectada y
decente a la que pueda ignorar mientras satisface sus apetitos sensuales.
Lady Melisande Carstairs no
es nada menos que un torbellino en la vida bien planeada de Benedick. Poseída
por una gran energía un el alma de una reformista, Melisande siempre vence, ya
sea salvando las almas descarriadas o seduciendo al hombre del que
desgraciadamente se ha enamorado. Cuando informa a Benedick que el refugio de
su hermano ha pasado del simple libertinaje carnal a la violencia sádica, este
se siente obligado a investigar en secreto.