A sus dieciséis años,
Aislinn se comporta aparentemente como cualquier chica de su edad. Sale con sus
amigas, le mola la música y tiene un chico en el punto de mira, aunque de esto
último no está muy segura. Sin embargo, también hay algo en ella que no tiene
nada de normal: al igual que su abuela, Aislinn es capaz de distinguir a los
elfos que viven invisibles entre los humanos, un don increíble, que más que don
es una maldición, pues a estos seres no les gusta ser descubiertos y suelen
castigar con crueldad a quienes detectan su presencia. Así pues, siguiendo al
pie de la letra las reglas secretas que le enseñó su abuela —nunca atraigas la
atención de los elfos, no respondas a los elfos, no mires a los elfos— Aislinn
tendrá que apañárselas para pasar desapercibida, especialmente a los ojos de
Keenan, rey de los elfos, que se ha propuesto seducirla y convertirla en su
reina.
Ink Exchange #2
Sin que los mortales lo
sepan, una lucha de poder se desarrolla en un mundo de sombras y peligros.
Después de siglos de estabilidad, el equilibrio entre las Cortes de los Elfos
se ha alterado, e Irial, gobernante de la Corte Oscura, está luchando para
mantener unido su rebelde y ahora vulnerable destino. Si él falla, el
derramamiento de sangre y la brutalidad continuará. Con 17 años, Leslie no sabe
nada sobre los elfos ni sus secretos. Cuando ella se siente atraída por un
inquietante y precioso tatuaje de ojos y alas, lo único que sabe es que debe
tenerlo, convencida de que es un símbolo de los cambios que ella ansía
desesperadamente tener en su propia vida. El tatuaje trae cambios – pero no los
que Leslie había soñado, sino otros más siniestros e irresistibles, que son más
que simbólicos. Estos cambios unirán a Leslie e Irial para siempre,
introduciendo a Leslie cada vez más en el mundo de los elfos, incapaz de
resistirse a sus encantos y a sus peligros.
Leslie ha vivido una
experiencia que prefiere no recordar... Un día decidió concederse un deseo:
hacerse un tatuaje que le recuerde su determinación de dar un giro a su
deprimente vida, repartida entre el instituto y el agobiante trabajo.
Un dibujo le llama
especialmente la atención...
Y una vez tatuado, le otorga
una extraña sensación de euforia, un poder y una fuerza desconocidos. Pronto
Leslie comprobará que la súbita felicidad que siente tiene un precio: la tinta
del tatuaje, una sustancia muy especial, la liga para siempre a la belicosa
Corte Oscura, un lazo siniestro que nadie podrá romper; ni su amiga Aislinn ni
su consejero Niall lograrán protegerla del rey Irial, que para sobrevivir
necesita inevitablemente absorber de su sangre los peores sentimientos de los
humanos...
Ansias por alimento.
Ansias por caricias.
Ansias por pertenecer.
Mitad hada, mitad humana,
Ani es controlada por sus ansias.
Estos apetitos atraen
enemigos poderosos y aliados dudosos, incluyendo Devlin. El fue creado para
asesinar y es hermano de la Gran Reina Hada y su caótica gemela, la encarnación
de la Guerra. Devlin quiere cuidar a Ani de sus hermanas, ya que él sabe que si
no lo logra, el será utilizado para matar a Ani.
Ani no es la que debe estar
bajo cuidado mientras otros pelean sus batallas. Ella tiene valentía para
cuidarse y habilidad para alterar los planes de Devlin, y la vida del mismo.
Los dos son atraídos, cada uno con una razón para temer al otro y temerse a
ellos mismos. Pero al acercarse más, una amenaza pone en peligro el mundo de
las hadas. Salvando el dominio de las hadas significara no estar juntos
El Rey del Verano está
desaparecido; La Corte Oscura está sangrando; y un extraño camina por las
calles de Huntsdale, su presencia significará la muerte de todas las poderosas
Hadas. Aislinn sostiene a la Corte de Verano, mientras busca a su Rey ausente y
añora a Seth. Dividido entre su Reina y su Viejo amor, Keenan trabaja desde muy
lejos para fortalecer a su corte contra la guerra que se avecina. Donia anhela
fervientemente la pasión de Keenan mientras prepara fríamente a la Corte de
Invierno para la batalla. Y Seth, hermano jurado del Rey Oscuro y heredero de
la Reina Suprema, estará a punto de cometer un error que podría costarle la
vida.