Adorable salvaje 1#
La cultura, la crianza, las costumbres, la vestimenta, la alimentación, el idioma, todo lo que hace a la conformación de una persona determina lo que elige. Sin embargo, parece que un sentimiento es capaz de barrer de un plumazo todo lo que nos ha hecho persona para transformarnos de manera radical, completa. Esta novela es una fábula de eso, es la pregunta de si dos personas que se enamoran pueden dejar de lado sus irreconciliables orígenes e inventar un camino propio hecho del deseo, de la pasión, de la entrega, del compañerismo, del respeto al otro.
Lheena es una indígena comechingona. Tiene excelentes relaciones con los habitantes criollos de las sierras cordobesas: los visita, los encandila con su simplicidad, con su belleza, con su libertad. Comercia con ellos telas tejidas, conoce cada secreto de la estancia de sus amigos, los González Alva.
William York, inglés, descendiente de una familia de alcurnia con negocios en el Río de la Plata, descansa en la estancia cordobesa de sus socios locales, los González Alva, y queda prendado de Lheena cuando la ve. Obnubilado por la muchacha y el por el paisaje, se instala allí, quiere conquistarla. Se entregan, ambos, a un amor sin más obligaciones que las del deseo.
Sin embargo, él debe volver a Inglaterra en algún momento. ¿Cómo presentarla a ella ante la nobleza del país, ante su propia familia? Aquí es donde, con maestría, Susana Biset nos lleva a la pregunta del inicio: ¿pueden dos personas que se quieren dejar de lado todos los convencionalismos, las formas, las crueles maneras para estar uno al lado del otro?
Hijo de la furia 2#
La distancia, la separación, pueden ser también un acto de amor. Después de comprender que la cultura, que la crianza, que las costumbres se interponen entre ellos, Lheena, una comechingona, decide abandonar al noble inglés, William York. No quiere que ese amor que se tienen lo enemiste con su familia y sus antepasados. Se va, sin saberlo, esperando un hijo de él.
Años más tarde, ese hijo quiere saber de su padre, al que no conoce, pero que odia en secreto porque lo responsabiliza del abandono. Cuando conoce la historia, decide odiar también a toda su familia paterna que ha rechazado a su madre por sus orígenes, que lo ha privado a él de su identidad, que lo hace sentirse hijo de esa furia que lo embarga, que lo ciega, que le reclama venganza.
Decide, entonces, embarcarse a la búsqueda de un pasado que conoce a medias, de una identidad que le es esquiva; él, que ha reunido a sus padres en su persona, tal vez logre lo imposible, que es reunirlos a ambos para que puedan estar juntos.
Con la historia del hijo de la furia, se cierra la historia de desencuentros y deseos, de añoranza y de entrega, de dos mundos imposibles que consiguen convivir, quererse, evitar las convenciones sociales.
Narrada con una prosa envolvente que hace que el lector no pueda dejar de leer, que cuenta con detalle las transformaciones de cada uno de los personajes, Tierra India. Hijo de la furia confirma, una vez más, a Susana Biset como una de las más originales voces de la novela histórica actual.